¿Cuáles son los síntomas?
La forma más común es la dermatitis infantil (menos de 2 años de edad), la cual se presenta alrededor de los 3 meses de edad con un sarpullido en las mejillas. Consiste en eritema (enrojecimiento), excoriaciones, pápula-vesículas o exudado (zonas exudadas), evolucionando luego a costras acompañadas de picores intensos que afectan al paciente a través de molestias y alteraciones del sueño.
Otra forma de esta enfermedad es la dermatitis juvenil (niños mayores de 2 años) que puede aparecer al principio o como continuación de la forma anterior. En este caso, las lesiones son menos agudas, especialmente en las zonas de flexión (por ejemplo, codos, parte posterior de la rodilla, pliegues del cuello, manos y muñecas) y evolucionan en forma de placas con tendencia a la liquenificación, el eritema o el picor. En este caso, la piel seca (xerosis cutánea) es persistente y requiere la aplicación de cremas específicas.
En los adolescentes y los adultos, los casos de dermatitis atópica representan un pequeño porcentaje (menos del 10%). Se caracteriza en general por síntomas residuales (en las manos, los párpados) y una intensa sequedad de la piel.